SI HUBIERA ESTADO ALLÍ

miércoles, 27 de julio de 2011

ALCANCE Y CONSOLIDACIÓN




La tarde se había desmigajado en un fuerte aguacero, así que nos dimos por gratificados al poder tomar el minibus que nos llevaría a Nuestro destino, en Barquisimeto.

Quien tenga la experiencia de viajar por carretera, sabrá de la costumbre que existe de permitir a vendedores ambulantes para hacer negocios con los pasajeros del vehículo, antes de la hora de salida, y, a veces, durante la primera fase del viaje.

Lo que fue extraño en este viaje es el hecho de que el chofer de la unidad, dejando al cochofer encargado, se levantara, presentándose y deseando un feliz viaje. Era un hombre relativamente joven, bien vestido y con el rostro limpio. Así, armado por su palabra, se enfrentó a 30 pasajeros muy diferentes entre sí. Y les habló de la salvación que ofrece Jesús. Habló con La Palabra y capturó durante un buen rato la atención de los que allí estábamos, hablándonos del poder de la fe y el poder de la oración.

Luego, nos entregó un audiolibro de la Biblia. Sembró.

Iba en el bus una joven señora, con dos niñas: una, de meses y la otra, de seis o siete años. Por alguna razón, se sintió con capacidad de contarnos su historia. Residenciada en Maracay, su esposo había sufrido un accidente y estaba hospitalizado en Barquisimeto.

Rápidamente, surgieron las solidaridades. No de dinero, sino de números telefónicos, por parte de diversos pasajeros.

La segunda parte del viaje, bajo la tormenta gris, estuvimos escuchando música cristiana. Y, al poco tiempo, todo el bus cantaba produciendo un sonido apenas si notorio, tranquilizador y pleno de unción. Al llegar a Barquisimeto, aquella pequeña comunidad se despidió amorosamente. Hermanados por la Palabra. Solidarios con el dolor. Y también por las sonrisas.

25-07-2011
mmgc

El chofer dijo que se congregaba en la Iglesia Buenas Nuevas.
Su teléfono es 0414-537-3084
Dios lo bendiga.

jueves, 7 de julio de 2011

CURSO DE HERMENÉUTICA, INTRODUCCIÓN



Curso de Hermeneutica - Introduccion

Publicado por Pablo Román Caballero el julio 6, 2011 a las 2:27pm en Instituto Biblico--Proyecto Timoteo Avanzado -Atrás a Instituto Biblico--Proyecto Timoteo Avanzado discusiones

Pastor Pablo Caballero
Director

Curso de Hermeneutica - Introduccion
www.cristianobook.com
INTRODUCCIÓN

Al iniciar este maravilloso estudio, damos por hecho, que cada lección será un verdadero desafío; para poder llegar a tener una mente y discernimiento apropiados, en la interpretación correcta de un texto, pasaje o libro de la Santa Biblia. Esto implicará un esfuerzo personal, para tomar la actitud correcta, frente a cada aporte de esta materia. Por lo que se le hace a usted, un desafío desde este momento y pueda aceptar el reto que plantea esta materia en cada lección, que se le proporcione. Se partirá de lo simple, a lo complejo; donde lo simple, es posible que usted ya lo conozca o sepa. Lo complejo le incomodará, porque será confrontado(a), por lo que hasta ahora, decía saber usted.

La Hermenéutica como tal, es la ciencia de la interpretación correcta de un texto. Dicho nombre, se aplica generalmente, a la explicación de documentos escritos y por este motivo, puede definirse más particularmente a la Hermenéutica, como la ciencia de interpretación del lenguaje de los autores. Esta ciencia da por sentado, el hecho de que existen diversas modalidades de pensamiento, así como ambigüedades de expresión. Tiene por oficio, hacer desaparecer las probables diferencias, que puedan existir, entre un escritor y sus lectores; de modo, que éstos puedan comprender con exactitud a aquél.

La Hermenéutica Bíblica o Sagrada, es la ciencia que trata de interpretar el Antiguo y Nuevo Testamentos. Siendo que estos dos documentos, difieren en forma, lenguaje y condiciones históricas; muchos son los escritores han considerado preferible, tratar por separado la Hermenéutica, de cada uno de ellos. Y siendo el Nuevo Testamento la revelación más plena, así como la más moderna; su interpretación ha recibido mayor y más frecuente atención. Pero, es asunto discutible y sería lo mejor; si ese tratamiento de los dos testamentos, se realiza por separado.

Es asunto de la mayor importancia, el observar, que desde el punto de vista cristiano, el Antiguo Testamento; no puede ser plenamente comprendido, sin la ayuda del Nuevo. El misterio de Cristo, cosa que en otras generaciones no se dio conocer a los hombres; fue revelado a los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento: “…misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:…” (Efesios 3.5); esa revelación arroja, inmensa claridad sobre muchos pasajes, de las Escrituras Hebreas.

Por otra parte, es igualmente cierto, que sin un conocimiento adecuado de las Antiguas Escrituras; sería imposible, tener una interpretación científica del Nuevo Testamento. El lenguaje mismo, del Nuevo Testamento; aunque pertenece a otra familia de lenguas humanas, es notablemente hebreo. El estilo, la dicción y el espíritu de muchas partes del Testamento Griego; no pueden apreciarse debidamente, por quienes no estén relacionados con el estilo y espíritu de los profetas hebreos.

También se tiene el hecho, que abundan en el Antiguo Testamento, los testimonios a Cristo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;…” (Juan 5.39). “De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10.43).

“Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. Llegaron a la aldea adónde iban, y él hizo como que iba más lejos. Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.

Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de ellos. Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24.27-44). La ilustración y el cumplimiento de estos hechos; sólo pueden verse, a la luz de la Revelación Cristiana.

En fin, la Biblia, en su conjunto, es una unidad de hechura divina y existe el peligro de que al estudiar una parte de ella; pudiera descuidarse relativamente otra parte, que puede hacer caer en métodos equivocados, la exposición. Las Santas Escrituras, deben estudiarse como un conjunto, porque sus diversas partes, fueron dadas de muchas maneras: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,…” (Hebreos 1.1) y tomadas en conjunto, constituyen un volumen que, en una forma notable, se interpreta a sí mismo. La Hermenéutica, tiende a establecer los principios, métodos y reglas que son necesarios; para revelar el sentido, de lo qué está escrito. Su objeto, es dilucidar todo lo que haya de oscuro o mal definido, de manera que, mediante un proceso inteligente, todo lector pueda aproximarse, a la idea original del autor.

La necesidad de una ciencia de interpretación, es algo que se impone, en vista de las diversidades mentales y espirituales de los hombres. Aun, el trato personal entre los individuos de una misma nación e idioma, a veces se hace difícil y embarazoso, a causa de los diferentes estilos de pensamiento y de expresión. El mismo apóstol Pedro, halló en las epístolas de Pablo cosas difíciles de entender: “…casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3.16). Pero especialmente, grandes y variadas, son las dificultades para entender los escritos, de los que difieren en cuanto a la nacionalidad y en lengua. Aun los eruditos, se hallan divididos en sus tentativas por descifrar e interpretar los registros del pasado.

Únicamente, a medida que los exegetas vayan adoptando principios y métodos comunes de procedimiento; la interpretación de la Biblia, alcanzará la dignidad y seguridad de una ciencia establecida. Si alguna vez, el ministerio divinamente asignado de la reconciliación, ha de realzar el perfeccionamiento de los santos y la edificación del cuerpo de Cristo, como una manera de traer a todos, a la obtención de la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios: “…a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;…” (Efesios 4.12-13) ello debe hacerse por medio de una interpretación correcta y un empleo eficaz de la Palabra de Dios. La interpretación y aplicación de esa Palabra, debe descansar sobre una ciencia sana y manifiesta: la Hermenéutica.
Muchas bendiciones.

Pablo Roman Caballero

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